Se tiene que decir que el animal lo puso un poco difícil. Es el primer potro de su madre y quizás se notó la inexperiencia. El potro quedo a medio camino y no sabia si salir o entrar. Fue entonces cuando se tuvieron que tomar medidas, coger la pata del indeciso animal i tirar hacia fuera para evitar una desgracia.
Normalmente las yeguas evitan las personas cuando tienen que parir - buscan cierta intimidad en este momento -, incluso hasta llegan a aguantarse el parto si ven mucho movimiento a su aldrededor. Esto no quiere decir que no se deba estar atento cuando se está a punto de dar a luz ya que siempre se pueden dar complicaciones - como en este caso - i siempre se está a tiempo de ayudar. Eso sí, manteniendo una distancia prudencial con el animal para no estresarlo.
Felizmente, Tango acabo saliendo.
Y mientras esperábamos a que el potro empezara a mamar - ya empezaba a anochecer - salió el tema de cómo se llamaría el animal. Se iban lanzando propuestas, rememorando - como hacemos con los últimos potros que han nacido - nombre de antiguos caballos nuestros: Gironí, Vagabundo, Federal - no, este ya está cogido -, etc.
Hasta que llegó un momento en que Susi - una de nuestras jinetes y cuidadoras - misteriosamente empezó a pensar en bailes de salón. Merengue, Bolero, Mambo. I, finalmente, Tango.
Ya teníamos nombre.
Bienvenido Tango.
No hay comentarios:
Publicar un comentario